El tabaco es uno de los principales enemigos de nuestra salud. Todos conocemos ya muchas de las enfermedades y afecciones que provoca. Y aún así sigue estando muy extendido su consumo en la sociedad actual.
En este artículo hablaremos de los efectos negativos que tiene para nuestra salud bucodental el consumo de tabaco, teniendo en cuenta que la boca es la puerta de entrada del humo que produce y por lo tanto sufre de primera mano todos los efectos nocivos de este.
Efectos del tabaco en nuestra boca
Hay mucha enfermedades relacionadas con el tabaco que afectan a nuestra salud bucodental. Sin ir más lejos, el consumo de tabaco retrasa la cicatrización de cualquier tipo de herida en nuestra boca, ya sean producidas por una cirugía, una extracción o por cualquier otro motivo. Además provoca mal aliento por variaciones de la microbiota bacteriana y del olor en sí del tabaco.
También influye especialmente en enfermedades periodontales y en el cáncer oral. En una persona fumadora aumenta de 5 a 20 las probabilidades de tener una enfermedad periodontal y supera de 3 a 5 veces el riesgo de padecer cáncer oral, con respecto a una persona no fumadora.
Enfermedades periodontales
El tabaco favorece la aparición de este tipo de enfermedades, reduciendo y alterando las defensas inmunológicas frente a los patógenos periodontales.
Las consecuencias más comunes son, la pérdida de hueso y de tejidos de sujeción dental, las bolsas periodontales e incluso la pérdida dental.
El tabaco puede causarte periodontitis y poner en riesgo la sujeción de tus dientes. No permitas que los malos hábitos pongan en riesgo la salud de tu boca y prueba ya un tratamiento de tratamiento de la periodoncia.
Cáncer oral
El consumo de alcohol y las deficiencias nutricionales junto con el consumo de tabaco son las principales causas del cáncer oral.
Está demostrado que las personas fumadoras tienen una mayor probabilidad de sufrir cáncer oral. Una probabilidad que aumenta de forma peligrosa con el consumo de alcohol.
En definitiva tenemos que concienciarnos que nuestra boca es especialmente sensible a los efectos del tabaco, y aunque una higiene oral especialmente meticulosa o establecer un ritmo constante de revisiones, puede ayudarnos. Lo más aconsejable sin lugar a dudas es abandonar este hábito tan nocivo para nuestra salud.