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Los implantes dentales son la mejor solución para la pérdida de dientes. Pero ¿qué sucede si la mandíbula está demasiado deteriorada para este procedimiento?
¿Es posible el tratamiento de implantes dentales sin hueso?

Las alternativas, prótesis dentales o injertos óseos, no son tan satisfactorias como los implantes dentales y pueden desalentar a los pacientes para que no se realicen ningún tratamiento. Esto se debe a que tanto las dentaduras postizas como los injertos óseos pueden conllevar inconvenientes a largo plazo. Afortunadamente, este problema es cosa del pasado, en gran parte porque los avances dentales han llevado al TRATAMIENTO DE IMPLANTES DENTALES SIN HUESO.

¿En qué consisten los implantes dentales sin hueso?

El procedimiento implica la colocación de implantes largos de titanio en el hueso de la mandíbula para alcanzar un hueso resistente debajo, donde puedan asegurarse adecuadamente (en odontología, esto se conoce como osteointegración). El procedimiento consigue que los implantes se ajusten a los contornos de la boca del paciente, lo que significa que tendrás una sonrisa bonita y funcional en los próximos años.

¿Cómo se procede?

Antes de cualquier cirugía, el dentista realiza una tomografía por ordenador para que genere una imagen en 3D de la mandíbula. Esta imagen se utiliza para la correcta colocación de los implantes. Uno de los problemas que podrían darse aquí es que los implantes no pudieran alcanzar un hueso viable. Si este fuera el caso, el dentista podría optar por colocarlos en el pómulo. Si estás considerando este procedimiento, consulta con tu dentista sobre cuál sería la mejor ubicación para ti.

Sesiones y detalles

La mayoría de los dentistas pueden realizar el tratamiento de implantes sin huesos en tan solo cuatro sesiones. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la cantidad de tiempo dependerá por completo de la gravedad de la pérdida ósea.

Durante la primera sesión, el dentista examina la boca para hacer un diagnóstico y determinar si el procedimiento es la solución correcta. Después del diagnóstico, el dentista colocará los implantes en las encías o pómulos del paciente. Una vez que se insertan los tornillos, el dentista coloca dientes temporales. El siguiente paso es esperar a que los tornillos puedan ajustarse correctamente y pueda producirse la osteointegración. Después de esto, el dentista tomará impresiones que se llevarán a un laboratorio para que elaboren un conjunto de dientes permanentes. Una vez que el dentista tiene los dientes, el paciente puede regresar para su colocación.

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